Economía

Anteponen dinero a salud

Investigadoras explican cómo los intereses comerciales afectan tu salud y el ambiente

09/01/2024 - 9:26 pm

Las autoras de la serie de artículos “Determinantes comerciales de la salud” explicaron para el programa En Defensa del Consumidor, el conflicto que existe a nivel global sobre la equidad en salud y los intereses comerciales de actores que, por ejemplo, destacan por sus intentos de frenar políticas de salud pública en distintos países.

Ciudad de México, 9 de enero (SinEmbargo).– Los actores comerciales de las industrias de alimentos ultraprocesados, de alcohol, tabaco y combustibles fósiles dañan el medio ambiente y la salud de las personas a nivel mundial por lo que, sin regulaciones desde los gobiernos, su poder político seguirá en aumento, alertaron las autoras de la serie de artículos “Determinantes comerciales de la salud” publicada en la revista médica The Lancet durante una entrevista para el programa En Defensa del Consumidor.

“Los actores comerciales han creado lo que llamamos un sistema patológico porque han tenido demasiada influencia. Han dado forma a los sistemas políticos-económicos. Han dado forma a las políticas, lo que llamamos políticas descendentes. Y, producto de ello, casi pueden salirse con la suya con lo que quieran. No pagan impuestos, no están regulados y causan daños enormes, pero no están cubriendo los costos y, como no lo hacen, sus ganancias suben y suben”, explicó Anna B. Gilmore, académica de la Universidad de Bath (Inglaterra).

En la publicación, la académica describió los determinantes comerciales de la salud como los sistemas, las prácticas y las vías a través de las cuales los agentes comerciales influyen en la salud de la personas, en el medio ambiente y la equidad. Este último punto queda claro con el papel que las empresas desempeñan en el aumento de las desigualdades, por ejemplo, al no acortar las brechas salariales o mejorar las condiciones de las y los empleados.

“Hasta ahora la gente ha pensado frecuentemente que los determinantes comerciales de la salud se refieren en realidad a unas pocas industrias que venden productos poco saludables, es decir, el tabaco, el alcohol, los combustibles fósiles y los alimentos ultraprocesados que causan enormes daños, pero los impactos del sector comercial en la salud van mucho más allá. Llamamos la atención sobre las prácticas y lo que queremos decir es que todo actor comercial, independientemente de los productos que venda, puede perjudicar la salud con sus prácticas”, agregó la autora del primer artículo de la serie de The Lancet, titulado “Definición y conceptualización de los determinantes comerciales de salud”.

Anna B. Gilmore puso como ejemplo los daños causados por empresas que deciden “tomar atajos” antes de eliminar sus residuos de forma segura y responsable. La médica recordó el caso de Grupo México, responsable del derrame de ácido sulfúrico en el río Santa Cruz, en Sonora, en 2014. Sin embargo, la empresa propiedad de Germán Larrea Mota Velasco se describe como respetuosa del medioambiente.

Se trata de enfrentar en conjunto todo un sistema, insistió, pues a nivel global los actores comerciales utilizan sus ganancias para obtener cada vez más influencia y así frenar políticas que los obliguen a asumir responsabilidades.

“Tenemos este sistema complejo y, por un lado, están los ganadores: las corporaciones que están privatizando, que están obteniendo todas las ganancias; por otro lado, la sociedad asume los costos”, mencionó la académica.

En México, no solo hay un alto consumo de productos ultraprocesados, sino también una alta carga de enfermedades crónicas. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

Paula Johns, directora de ACT Health Promotion y autora del tercer artículo de la serie publicada este año, destacó la urgencia de que los gobiernos trabajen en conjunto con la sociedad civil para regular las industrias, empeñadas en responsabilizar a las personas de sus impactos negativos pese a que funcionan y se benefician gracias a un sistema patológico sin pagar los costos.  Además, recordó que países con menos niveles de desarrollo sufren mayores afectaciones.

“Las diferentes industrias dicen todo el tiempo: ‘Es solo un problema individual y el gobierno no debería tratar de regular la vida de las personas’. Pero quienes dirigen nuestras vidas en realidad no son los gobiernos, las empresas dirigen nuestras vidas. Las empresas están definiendo lo que nos gusta o lo que no nos gusta y lo que debemos vestir o lo que debemos comer o dejar de comer. Lo están haciendo hoy en día a través del marketing y otras prácticas […]. Parte del lado perverso de esta narrativa es que la mayoría de la gente ni siquiera está enterada”, mencionó para el programa transmitido cada martes por el canal de YouTube Estudio B.

En los artículos publicados en The Lancet, donde se suman observaciones de académicos y académicas de más de 15 países del mundo, se advierte que cuatro sectores corporativos: el del tabaco, el alcohol, los comestibles ultraprocesados y combustibles fósiles, son los causantes de un tercio de las muertes a nivel global.

A partir del domingo 15 de enero de 2023 entró en vigor en México el Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, pese a reclamos de las industrias. Foto: Graciela López Herrera, Cuartoscuro.

En ese sentido, Jennifer Lacy-Nichols, investigadora en la Universidad de Melbourne (Australia), destacó la importancia de analizar las estrategias de estas empresas de manera conjunta, es decir, entender los determinantes comerciales como un concepto unificador.

La autora del tercer artículo de la serie explicó la importancia de distinguir entre entidades con intereses comerciales explícitos, como Nestlé, Pepsi y Coca-Cola, y organizaciones “cuasi comerciales”, conocidas por atributos que se superponen con el sector público y organizaciones sin fines de lucro. Los actores híbridos  cuasi comerciales que se encuentran dentro de la definición incluyen empresas de propiedad estatal, fondos soberanos de capital (SWF, por sus siglas en inglés), organizaciones sin fines de lucro y cooperativas y empresas sociales.

“Cuando pensamos en las entidades cuasicomerciales lo que realmente llama la atención son los determinantes políticos y económicos de la salud y lo mucho que se interceptan los actores comerciales y gubernamentales. Ya hemos hablado bastante del cabildeo y de la actividad política de las empresas, eso es una mitad, la otra mitad se cruza con el sector de la beneficencia y el voluntariado. No sé cuál de las dos diría es más perniciosa o problemática porque en esa dimensión es donde realmente entran en juego la credibilidad, la legitimidad y el camuflaje de intereses. Hay muchas organizaciones benéficas increíblemente legítimas que reciben fondos o mantienen relaciones con actores comerciales podemos plantear todo tipo de cuestiones importantes sobre los conflictos de intereses o cómo eso puede hacer que no adopten una postura más pública sobre un tema”, mencionó.

 

La investigadora también recordó que hay matices en el sector financiero, pues, a través de organizaciones sin ánimo de lucro las industrias no pagan impuestos. “Es otra forma en que las empresas están tratando de capitalizar para mantener todas sus ganancias y externalizar todos los costos”, destacó Jennifer Lacy-Nichols.

Desde noviembre, durante su visita a México, las investigadoras Anna B. Gilmore, Jennifer Lacy-Nichols y  Paula Johns, así como las organizaciones que integran la  Alianza por la Salud Alimentaria, urgieron a los gobiernos del mundo a poner el interés de la población por encima de los intereses privados de las corporaciones al evitar su interferencia en las políticas públicas.

Montserrat Antúnez
Periodista. Comprometida con comunicar temas sobre acceso a la justicia y derechos humanos. Trabaja por un periodismo con perspectiva de género y que respete la dignidad de las personas.
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